
La primera vez que vi una cámara digital fue en 1997, en Colombia, junto con los primeros teléfonos celulares. Fue la Sony Mavica FD5, y de hecho fue la primera cámara digital en el mercado.
Funcionaba con disquetes de 3.5’’, los cuales solo almacenaban 1.44MB (hoy en día ese es aproximadamente el tamaño de una foto tomada con una cámara de 7mpx). Su resolución era de 640X480 (VGA). Di con la cámara porque un amigo español, aficionado a la fotografía se la había comprado. Era toda una sensación. Había desaparecido el rollo fotográfico convencional y en su lugar solo había un disquete. Era un caso de ciencia ficción para la época.
Once años después, nos encontramos con cámaras en el mercado de 8mpx, 9mpx, 12, 50, y hasta con la última cámara, que tiene 160mpx y está fabricada en Suiza por la empresa Seitz. Hoy en día las hay de diferentes marcas, colores, materiales, características y más de lo que uno se hubiera podido imaginar.
Hace poco cambié de cámara. Para comprarla empecé a averiguar por Internet, pero quede abrumado con tanta información. No quería una cámara profesional, pero tampoco un cámara de juguete. Buscaba algo intermedio, para tomar buenas fotos y que dure. Para los amantes de la fotografía una buena cámara empieza en los 40 mil forintos, para el resto unos 15 mil, dependiendo del material y los píxeles.
Si la cámara es de metal su precio aumenta considerablemente. Normalmente vienen con carcasa de aluminio alloy. Otras vienen de plástico. Son económicas. Su precio se reduce en un 40%. La desventaja es que son menos resistentes al manejo. El material se degrada rápidamente, si el uso es constante. Mi primera camera digital fue de plástico y al año estaba totalmente sin color y resquebrajada, y no por mal trato sino por el uso constante. Son mejores las cámaras de metal, ya que son mas durables y algunas son incluso resistentes al agua.
Luego vienen las baterías. Actualmente son ultra delgadas. Son muy cómodas de llevar, casi ni las notas. El único inconveniente que les veo es que sus baterías son costosas. Algunas cuestan la mitad de lo que cuesta la cámara. Y si se te descargan, para recargarlas debes usar la misma cámara conectada a la toma de energía, o a través de un cargador que venden por separado. Las cámaras que funcionan a pilas AA o AAA son fáciles de conseguir y económicas. Las recargables, marca energizer, por ejemplo, cuestan el par 1200ft, las de 2500mha. Es muy importante comprarlas de alto amperaje ya que las puedes recargar unas 500 veces. De esta forma, si se te descargan sencillamente sacas otro par previamente recargado y continuas tomando fotos.
Pero como dije anteriormente todo depende del uso para el cual se requiera y el presupuesto. En cuanto a marcas, son recomendables las conocidas en la industria fotográfica, aunque últimamente fabricantes no tradicionales como Sony, HP, Panasonic o Casio están desarrollando buenos productos con alta calidad.
En lo personal opté por una cámara CASIO Exilim EXZ120 de 7.2 mpx. Elegí esta cámara ya que se ajustaba a mis necesidades y presupuesto: carcasa metálica, zoom óptico y funciona con pilas AA recargables. Solo costó 19.900ft. La compré en e-xtreme digital.
Viene con cable para conectar directamente a la TV y otro cable para conectarla vía USB a la computadora. Acepta como máximo tarjetas SD de 2GB, lo que sirve, aproximadamente para unas 720 fotos en su máxima resolución, y 1 hora de video en formato VGA (640X480 pixels). Para ser una cámara fotográfica, vi que la calidad del video es aceptable al igual que el sonido, optimo para usarlo en Youtube, por ejemplo.
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Imagen: Polo
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